ORIGENES

El té Matcha llega de China, donde sus orígenes se remontan al siglo IX; sus propiedades, sin embargo, fueron descubiertas por monjes budistas japoneses. Su proceso de producción es bastante particular: el té matcha se produce a partir de hojas de alta calidad, la tencha, que crece a la sombra. Después de ser recogidos a mano, se tratan con vapor para protegerlos de la oxidación y mantener sus cualidades organolépticas. Luego se muelen con piedras de granito hasta obtener un polvo muy fino.

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MATCHA, LA BEBIDA PARA UNA LARGA VIDA

Contiene 5 veces los antioxidantes o cualquier otro alimento; de hecho, es rico en catequina, una enzima que estimula la regeneración celular y ayuda a contrarrestar enfermedades crónicas. Gracias al alto contenido de L-teanina, es capaz de estimular la concentración y la memoria, además de conferir mayor energía y resistencia a quienes la toman. Se dice que el Samurai bebió Matcha antes de ir a la batalla. Además, la alta concentración de clorofila, que regenera las células y combate los radicales libres, hace de Matcha Teas un excelente desintoxicante, así como un eficaz agente antibacteriano.